domingo, 14 de noviembre de 2021

Castillo de Medina



Texto redactado a partir de los paneles informativos del complejo arqueológico.


La cumbre del Cerro del Castillo de Medina Sidonia ofrece desde las primeras comunidades humanas en la zona un espacio donde protegerse. Es evidente la enorme visibilidad del territorio alrededor: kilómetros que abarcan tanto la Janda, Bahía de Cádiz, proximidades de la desembocadura del Guadalquivir, Campo de Gibraltar, Sierra e incluso en días despejados montañas de África.

Hay evidencias de presencia humana por los abundantes vestigios hallados y que se pueden observar en el museo arqueológico de Medina. Éstos comienzan con materiales del bronce Final y son cerámicas a mano así como piezas de piedra pulimentadas y talladas.



El término Protohistoria se refiere a una fase no muy bien definida que se situaría entre el final de la prehistoria y el principio de la historia antigua. Pues bien, durante la Protohistoria hubo contactos entre comunidades indígenes y fenicio-púnicas, ya que se han encontrado a la vez restos materiales de unos y otros. De esta época no existen construcciones.


El Cerro del Castillo ha contado con varios recintos fortificados a lo largo de la historia. Es por esto que hablar del "castillo de Medina" no es totalmente correcto, sino que tenemos que hablar de los "castillos de Medina".
El primero de todos es el Castellum militar, de época romana republicana (siglo I antes de Cristo). Conocemos la mayor parte de su perímetro amurallado, que se conserva con alzado que supera en ocasiones los cuatro metros de altura.






Su foso, en la cara norte, ha sido tallado en buena parte sobre el terreno del cerro. Su anchura y profundidad llega a superar los siete metros. Su utilidad es doble ya que a su labor defensiva se une que su excavación suponía un aporte de materiales para la construcción del castellum. Donde no era posible se utilizaron grandes sillares que conservan aún algunas marcas de cantero.





Destacan sus dimensiones, aproximadamente una hectárea, y su técnica constructiva. Además del foso contaba con dos torres y un perímetro amurallado jalonado por torres contrafuertes a la misma distancia una de otra.




La construcción se realizó con materiales de la zona. Las muralles presentan una cara externa perfectamente igualada a base de sillares y un relleno interior de piedras irregulares y mortero. El espesor de las murallas es de unos 1,30 metros.

Este castellum romano (siglos I a III después de Cristo) se siguió usando a lo largo del Alto Imperio pero ya sin utilidad militar. Se convirtió en un reflejo del poder de Roma sobre este territorio.

Durante el Bajo Imperio (desde la crisis del siglo III después de Cristo hasta la caída del Imperio Romano de Occidente) recobró importancia como elemento defensivo al ser Asido Caesariana (nombre entonces de la población) lugar de paso obligado entre el bajo Guadalquivir y el estrecho de Gibraltar.





El suministro de agua y poder almacenarla es decisivo en una fortaleza, tanto para la vida cotidiana como para los momentos de asedio. No se han localizado pozos que alcancen el nivel freático pero sí fuentes donde habitaba la población civil.

En el castellum romano se han descubierto dos cisternas independientes formadas por ocho y cinco depósitos respectivamente. Se edificaron con piedras irregulares y mortero.

En el siglo XI los almorávides construyen un nuevo castillo en el mismo lugar. Utilizan la técnica de fábrica de tapial.
En el proceso de tapial se van colocando dos planchas de madera paralelas, entre las que se vierte tierra en capas (o tongadas) de 10 o 15 cm, y se compacta a golpes con un "pisón". Posteriormente se mueve el encofrado a otra posición contigua para seguir con el muro. El barro compactado se seca al sol y una vez que el tapial queda levantado las puertas y ventanas se abren a cincel.

Quedan algunos tramos de muralla en su sitio y otros caídos en el exterior de la fortaleza.
De este período dta el "tesorillo hispanomusulmán" encontrado en el exterior de las murallas. Se trata de monedas acuñadas en varias cecas: Medina Azahara, Al Ándalus, Fes y al-Mahdiyya; así como tras procedentes del norte de África. Presentan ejemplos de varios reinados del califato, de modo que la ocultación pudo realizarse a principios del siglo XI. Periodo de inestabilidad en el que aparecen los reinos de taifas. Se encontraban en un silo casi superficial en una bolsa de tela.

Hacia mediados del siglo XV el II duque de Medina Sidonia (1468 - 1492), Enrique Guzmán, ordena iniciar la construcción de un nuevo castillo. Pretende mejorar la defensa de la población y convertirla en cabecera de su señorío.

La causa de esto serían los enfrentamientos con otros títulos del reino, especialmente con los Ponce de León. También tenía una exitosa política comercial gracias a sus extensos dominios territoriales. Por eso construyó numerosas fortalezas de nueva planta y modernizó otras. 
La nueva fortaleza se construye con muros de sillarejos (piedras de menor tamaño que el sillar), mampuestos y alambor (ejemplo a la izquierda) en su primer tramo.


Ésto es una innovación tras la aparición de las primeras armas de fuego. Se construye adosada a los restos del castillo de tapial musulmán. La resistencia a la artillería de pólvora se plasma en una construcción más regular y geométrica que los precedentes. Las murallas son lineales guarnecidas con torres esquineras y muros de perfil inclinado.

En el interior de los distintos castillos existen depósitos de agua y canalizaciones excavadas en la roca natural. Destacan dos aljibes de forma cilíndrica situados al sur y este de la fortaleza. Abastecían a los ocupantes del castillo islámico. El del sur fue utilizado también por las tropas francesas, los cuales antes de su marcha arrojaron a su interior abundante material de guerra.


Hay otras dos aljibes bajomedievales de forma rectangular y ubicados en la cumbre. En uno de ellos se localizó el tesorillo con 8287 maravedíes.

Durante la ocupación francesa (1810 - 1812) se vuelve a reconstruir tomando como base las ruinas de los castillos conservados. Se usa como acuartelamiento para los soldados franceses. Se alza todo el perímetro, que se encontraba muy desmochado, y en su interior se construyen barracones, almacenes, cuadras, almacén de proyectiles...

Durante el resto de los siglos XIX y XX se usa como cantera para extracción de piedras y materiales para construcción. En 1925 es vendido por el ayuntamiento al cónsul chileno en Cádiz, que reconstruye y recrea diferentes zonas, sobre todo al norte, y habilita otras zonas en el interior de la fortaleza. En los años 50 del siglo XX ya había prácticamente desaparecido todo esto.

La situación privilegiada en la que se encuentra Medina Sidonia, ha hecho de este emplazamiento un lugar estratégico para el control del territorio y las vías de comunicación que transcurren al pie del monte. Constituye el paso natural entre el Estrecho de Gibraltar y el Valle del Guadalquivir y el resto de la Península Ibérica.

Por este camino pasaron en el siglo V, poco antes de la caída del Imperio Romano de Occidente, los vándalos (uno de los pueblos germanos que entraronpor los Pirineos) en dirección al norte de África. En sentido inverso lo realizaron las tropas musulmanas de Tarik en el 711. Fue tras derrotar al rey don Rodrigo en la leyendizada batalla del Guadalete, en las inmediaciones de la laguna de La Janda.

También es un lugar paisajístico por su mirador hacia los parques de Los Alcornocales y Sierra de Grazalema. En sentido estratégico permite divisar a muchos kilómetros distancia cualquier movimiento de fuerzas enemigas tanto por tierra como por mar.